Takahashi Ren ID

Ren es una adolescente de estatura media. Ella posee una cabellera obscura media-larga la cual al no cepillarse constantemente pareciera ser plumaje, en el fleco lleva un mechón de color rojizo. Ya que desde pequeña estaba forzada a usar gafas, al alcanzar la adolescencia Ren opto por usar lentes de contacto de color azul los cuales tenían un diseño de engranajes en el centro cubriendo así sus ojos color miel.

Su atuendo consta, la mayor parte del tiempo, de su uniforme escolar y una chaqueta deportiva o el uniforme que porta al hacer misiones el cual se trata de una camisa tipo escolar, aunque esta solo cubre hasta su pecho, y una falda negras, un par de guantes rojos y sus tenis blancos.

Sobre su delicada piel blanca, abarcando por completo su espalda, Ren lleva marcada la insignia del asesino de su padre, esta a pesar de ser una cicatriz suele sangrar de vez en cuando por la profundidad que posee obligando a la chica a usar siempre vendaje y alguna que otra vez cambiar su atuendo para no preocupar a los que la rodean pues le ha pasado que llegan a pensar que la herida es resiente.

Spoiler:

De un temperamento equivalente a una granada a punto de impactar y un diccionario de una variedad no tan educada, Ren resulta ser alguien difícil para congeniar. Nunca fue del tipo de persona que gustara de la compañía y mucho menos si se trataba de un desconocido. Desde chica dejo en claro para todo aquel que entrase en su vida que no se tomaría siquiera la molestia de recordar sus rostros una vez salieran de esta sin excepción alguna inclusive cuando se trato de la muerte de sus padres.

A lo largo de su vida aprendió a esforzarse por conseguir lo que quisiera negándose a si misma a aceptar regalos de los demás sin importar que fuese su cumpleaños puesto que siempre sintió que hacer tal cosa podría ser una debilidad, esto, a su vez, fue convirtiéndose en un cierto placer para la chica, de cierta manera sentía cierta alegría al ver como insistían en que aceptase el obsequio pensando que tal vez realmente ella tenia algún valor para la otra persona, claro, siempre declinaba y se marchaba de sus vidas sin pronunciar palabra alguna.

Gracias a su temperamento explosivo, Ren fue transferida múltiples veces de ciudad, un motivo más por el cual se prohibía establecer relaciones con los demás. Al no tener una influencia que le aclarase el bien del mal, la chica continuo siendo de un carácter fuerte buscando constantemente peleas con quien se atreviese a ponerle un dedo encima. Debido a tal actitud, cada vez eran menos las personas las que intentarían acercarse a ella y al creer no necesitar de la compañía de nadie mas la chica se volvió algo cerrada, narcisista si así se puede decir, impidiéndose ver a aquellas personas que aun la apoyaban e incluso negándose amar a alguien mas que no fuese ella misma.

"La vida nunca será fácil." Esas fueron las primeras palabras que Ren había escuchado, o, por lo menos, las primeras que su pequeño cerebro habría registrado a la edad de cinco años. La pequeña criatura intento ponerse de pie logrando hacerlo con un poco de esfuerzo y comenzó a caminar en dirección a los brazos de su padre, como era de esperarse gracias a su torpeza, cayo antes de lograr llegar a su destino y al instante comenzó a llorar, la reacción de su padre fue la de uno amoroso puesto que tomo a la pequeña en brazos mientras trataba de calmarla. Mientras los años pasaban, Ren fue mostrando ser alguien independiente y persistente, algo que de cierta manera preocupo a su padre al hacerlo pensar que pronto no lo necesitaría más; la madre de la chica había fallecido a la semana de dar a luz y su padre se había ocupado de criarla siendo ella lo único que le quedaba en el mundo y obviamente no le agradaba la idea de despedirse de su hija y mucho menos desconocer su estado así que los siguientes años los paso aferrado a su hija quien cada vez se volvía mas irritable pero trataba de mantenerse tranquila pensando que seguramente se trataba porque pronto tendrían que separarse. Pronto, al ver que la chica se volvía cada vez mas aferrada a los problemas, su padre la introdujo al boxeo donde Ren logró desahogar la mayo parte de su ira sin tener que conseguir reportes en la escuela y esta fue otra actividad a la cual su padre se mantendría al tanto asistiendo tanto a sus entrenamientos como a ciertos eventos en los cuales la chica participaba.

Durante su catorceavo cumpleaños al salir de clases, el celular de la chica comenzó a vibrar, Ren observo el número del cual provenía la llamada dudando por unos instantes si debía contestar o no ya que el número le era desconocido, finalmente decidió atender la llamada suponiendo que se trataba de su padre y por suerte, así era. - ¡¿REN, QUE CREES QUE HACES, NO VISTE EL RECADO QUE DEJE EN TU HABITACIÓN?! Como sea, te espero en la casa, compra algo de comer. - Algo atónita por la rapidez en la que hablo su padre, la chica se quedo pensando, ¿algo de comer? ¿Acaso celebrarían su cumpleaños? La ultima vez que lo habían hecho había sido a los siete años, entonces, ¿por que ahora? A pesar de que aun tenia algunas dudas el sonido que produjo su estomago le indico que su hora de almorzar ya había pasado y debía de comer pronto o se desmayaría. Después de comprar la comida, Ren se apresuro a llegar a casa y para su sorpresa el lugar se encontraba repleto de personas, aunque la mayoría eran adultos y solo había seis chicos de su edad, Ren no pudo evitar sonreír, después de todo aunque se tratase de extraños estaban ahí por ella y nada mas. Todo parecía estar en orden, la fiesta era tranquila y nadie se quejaba e incluso Ren había optado por socializar un poco y finalmente, la hora de responder las dudas de la chica había llegado - Ren, se que no siempre estaremos juntos, así que quiero que tengas esto, lo hice especialmente para ti. - La chica vio a su padre sosteniendo un estuche en sus brazos y mientras se lo cedía Ren no sabia como reaccionar. Al abrir el estuche observo unas tijeras del tamaño de una katana y al costado de estas había un par de guantes. La chica vacilo por unos instantes pensando que se trataba de una especie de broma mientras se colocaba los guantes, en parte porque su padre siempre bromeaba con cortarse la lengua cuando ella no le hablaba y por otro lado por su amor al boxeo mas al ver las expresiones serias en el rostro de todos los presentes Ren se dio cuenta de que el asunto no era una simple broma. - Que....¿que es esto? - Ren aun dudaba si aceptar o no el obsequio mientras esperaba una respuesta la cual, para su mala suerte, no tardo en llegar; en un instante, su padre se encontraba frente a ella esperando que tomara el estuche y al otro se encontraba contra la pared y con un enorme hueco en su estomago. El estuche cayo al suelo y al intentar tomarlo la mano de Ren fue pisoteada, la chica no pudo evitar soltar un grito y al alzar la mirada y observar a su alrededor la tristeza la invadió, lo que antes era una celebración se había tornado en una masacre - ¡Son unos monstruos, como pudieron! - La chica miro con tal ira al joven que se encontraba impidiéndole tomar el estuche que inclusive ella se hubiese asustado estando en su lugar pero al parecer a el le daba igual - Tu preguntaste que era esto, ¿no es así? - El joven tomó el estuche y lo abrió tomando las tijeras - Pues, es simple, chatarra, eso es lo que es. - Mientras una sonrisa macabra se marcaba sobre su rostro el chico rompió las tijeras y en un chasqueo de dedos dos hombres, que parecían ser guardaespaldas por sus ropas, tomaron a Ren poniéndola de espaldas al chico - Pero que, ¡suéltenme ahora! - la chica escucho una risa y seguida de esta se vio forzada a gritar al sentir el filo de las tijeras atravesando su piel, su reacción ante el dolor fue apretar los puños y al hacer esto sintió un filo en el interior de los guantes cortar sus muñecas a lo cual unos hilos de sangre salieron de los guantes y rebanaron a los dos hombres que la sostenían haciéndola caer al suelo y recordando las palabras de su padre. Al darse la vuelta no pudo ver mas que la silueta del asesino marchándose al alba dejándola con solo la mitad de las tijeras y en un estado de desesperación y angustia mientras gritaba el nombre de su padre.

Al asistir al funeral de su padre, le fue entregada una pequeña caja en la cual se encontraban algunas de sus pertenencias, entre ellas, el diario de su madre en el cual se encontraba escrito el día en que su madre fue atacada por un hollow y como un quincy, su padre y en aquel momento el novio de su madre, había salvado su vida dejando en claro para Ren el porque de su habilidad. Los siguientes años los pasaría mudándose con distintas familias adoptivas y causando un completo caos en las escuelas y hogares a los cuales era asignada, tanto fue el impacto que tubo aquel suceso al grado de que Ren renuncio a seguir practicando boxeo y solo le interesaban las pelean callejeras y hacer su trabajo como fullbringer eliminando alguno que otro hollow de manera solitaria. Finalmente al cumplir los diecisiete la chica fue transferida a Karakura con un magnate de carácter idéntico al de su padre lo cual frustro a la chica abriendo aquella herida nuevamente. Lo único que la mantendría esta vez al tanto de sus acciones era el entusiasmo que tenia el señor a cuidar de la chica sin importar lo que le costase, después de todo tenia demasiado dinero para gastar en ella y el realmente ser tratada como su hija la motivo de cierta manera a demostrar agradecimiento.