La vida ofrece diferentes caminos

Un día nuevo, el sol brillaba como siempre y la vida en Karakura era la misma como todo día de semana o en especifico día lunes. Como recién llegado no tenia trabajo, por ahora, y solo vivía de unos ahorros que tenía y un pequeño monto de dinero que había heredado de mi difunta madre. Pero en fin, salí de mi pequeño apartamento, trayendo una camisa blanca juntos con unos pantalones marrones, eran entre las siete treinta de la mañana (7:30 AM) y por las calles se veían bastantes estudiantes dirigiéndose hacia sus institutos y establecimientos, ver aquellos jóvenes me recordaba a a cuando tenía su edad aunque sonara como si fuera un anciano aquella época fue una de las mejores de mi vida. Aunque Karakura parecía un buen sitio, un lugar donde tal vez podría formar una nueva vida y encontrar aquella vida feliz que he estado buscando estos últimos años, a pesar de que llevara tan solo unos días un presentimiento me decía que era mi lugar indicado un lugar donde podría conocer a nuevas personas y formar una nueva vida.

Mientras mas caminaba llegaba al centro de la ciudad, un lugar repleto de pequeños negocios y uno que otra cafetería o restaurant. ¿Pero a que venia al centro? Principalmente para no quedarme en casa, pero ademas de eso no tenía ninguna otra razón, había salido sin tomar desayuno y no fue porque no quisiera si no porque el dinero no me alcanzaba para darme esa clase de "gusto", era el desayuno o el almuerzo, una de esas dos pero no las dos ya que eso era algo que mi bolsillo no sería capaz de aguantar. Pero tenia que ver el lado positivo de todo esto, así tendría mas tiempo para disfrutar la ciudad, me senté en una de las mesas que se encontraba fuera de una cafetería, no era para servirme algo de comer si no que para observar el paisaje. De uno de los bolsillos de mi pantalón saque una cámara fotográfica de color negro, la cual tenía ya hace algún tiempo. Con ella comencé a fotografiar a toda persona o cosa que viera interesante, para de alguna forma pasar el tiempo.

El día estaba aburrido, sin nada que hacer perder el tiempo era mi única opción. A pesar de que llevaba ya algunas semanas no había conseguido ninguna clase de trabajo, no se si llamarlo mala suerte o simplemente que no encajo, era algo que podía desmotivar a cualquier pero a mi en lo absoluto tarde o temprano todo se iba a arreglar, pero ese era el problema, no saber cuando se iba arreglar todo. La ciudades grandes no eran lo mio, venia de un pueblo pequeño y llegar a un sitio así es difícil lograr acostumbrarse, aunque diera todo de mi todavía no lograba encajar del todo y me sentía algo extraño, era difícil estar lejos de casa y aun mas difícil vivir con una sonrisa ocultando todo lo que sentía. Si no buscó una nueva vida nunca la iba a obtener ya que dudaba mucho que apareciera de la nada.

Guarde mi cámara en uno de mis bolsillos y con total tranquilidad me levante, no tenia ninguna clase de rumbo pero si caminaba de seguro iba a encontrar algo con que entretenerme o quien sabia algo en que ganarme la vida. Pero fue a lo lejos como vi que una pequeña niña venía corriendo hacia a mi, o mejor dicho estaba huyendo de algo o alguien, cualquier se hubiera preocupado al verla y yo no fui la excepción. Me quede parado mientras la venia ver hacia mi -Niña ¿Estas bien?- Aquella niña simplemente ignoro mis palabras y siguió corriendo, extrañado voltee siguiendo con al mirada a aquella pequeña joven, viendo como se alejaba y pensando cual sería la razón de porque huía tan rápido. Fue cuando deje ya todo aquel problema atrás decidí seguir con mi camino, cuando me di vuelta me encontré de frente con otra joven la cual se estrecho contra mi, por la magnitud del golpe y tal vez por encontrarme mal parado caí al suelo sentado, no fue algo tan grande pero me había tomado por sorpresa. Algo sorprendido mire a aquella joven, que parecía bastante menor comparado conmigo pero tal vez eso era por unos cuantos años ademas de que también traía un uniforme de algún instituto lo cual delataba la edad que podría tener.

No parecía alguien maleducada, ofreció su mano para ayudarme a levantar la cual no rechace, y obviamente con su ayuda me volví a reincorporar. Pero lo extraño era porque estaba aquí, ya hace horas debía haber entrado a clases a menos que se haya fugado o algo así, pero no era alguien para juzgarla ni menos para sermonearla -Descuida no hay problema, no estaba poniendo mucha atención al camino, también tuve algo de culpa.- Mencione con una sonrisa mientras con una mano me rascaba la cabeza, algo apenado por aquel accidente. En aquel momento recordé a aquella niña que minutos atrás había visto corriendo, me parecía raro que metros detrás de ella viniera la joven también corriendo apresuradamente, pero de eso podían existir miles de razones -Y tu, ¿Te encuentras bien? Es algo tarde, ¿Acaso no deberías estar en clases?- Con total naturalidad le estaba hablando, no perdía nada en conversar y saber un poco mas, tal vez ella con la niña podrían tener alguna clase de relación y quien sabe, podría darles una mano si tienen alguna clase de problema.