Viejos recuerdos [Social | Libre]

por **Noctis H. Geistiger** Dom Oct 27, 2013 5:32 pm

El suave aleteo de una mariposa cerca de su oído logró lo que ninguna otra cosa hasta ese momento había logrado. Despertarlo. Un rayo de un sol amaneciendo cegó por unos instantes al joven arrancar que, con cierta dificultad, se incorporó lentamente, apoyando una mano detrás suya. Un vistazo a su alrededor le confirmó la pregunta que rondaba por su cabeza. Estaba en el mundo humano una vez más. Últimamente pasaba allí demasiado tiempo, más incluso que en el Hueco Mundo, sin embargo, la soledad que reinaba allí y el imperante ambiente decadente no lograba hacer que pasase más tiempo en aquel lugar. Era habitual por aquella época el verlo paseando por todo el mundo humano aunque, sin duda alguna, la ciudad de Karakura era uno de sus lugares predilectos, en parte por que en aquella época del año la luz que la bañaba le daba un toque encantador y hasta romántico, en parte por la cantidad de Quincys, Shinigamis y el resto de razas que pululaban por allí y con quienes frecuentemente se había topado, para desgracia de ellos. Nunca iniciaba él la pelea, de hecho, odiaba mancillar un precioso día vagando por la ciudad teniendo que usar su zanpakutô, sin embargo, cuando trataba de dialogar con cualquiera de ellos la respuesta siempre era la violencia. Por suerte para él, las confrontaciones nunca duraban demasiado. Eran demasiado fáciles de matar y eso, en cierto modo, lo frustraba sobremanera.

Por la luz que brillaba en ese entonces, el arrancar dedujo que no serían más de las 8 de la tarde. Demasiado temprano para volver a Hueco Mundo pero también demasiado temprano para cenar. Odiaba esas horas, nunca sabía lo que hacer y siempre acababa aburrido en cualquier lugar. En aquella ocasión contaba con un Gigai propio que él mismo había fabricado años atrás cuando las incursiones y los paseos por el mundo humano comenzaron. Eso, en cierto sentido, fue una suerte para él pues le apetecía saber como se sentía la vida humana y la rutina diaria de aquellos que lo rodeaban y que, no obstante, parecían tan alejados de él.

Decidido a hacer algo de tiempo en el mundo humano y después poder disfrutar de una suculenta cena en algún restaurante de la ciudad, Noctis, que hasta ese momento había permanecido a unos cuantos kilómetros de la ciudad, tumbado en una colina desde la que se extendía una inmensa pradera de césped verde y brillante y que la reinaba un milenario cerezo que desprendía sus bellos pétalos por doquier en una estampa verdaderamente hermosa y sobrecogedora. Mirando la escena el Arrancar recordó porqué había elegido aquel lugar en concreto para descansar. Era, simplemente, perfecto. Con una elegancia y una sobriedad de la que carecerían otros lugar más exuberantes y lujosos. Preparado ya para partir hacia la ciudad, Noctis reprimió un bostezo y, con un único Sonido, llegó hasta las afueras con exultante facilidad y una velocidad más propia de un Dios que de un ser mortal.

Ataviado con unos vaqueros negros y una camiseta blanca a la que le acompañaba una chaqueta negra con abundante pelo de color marfil en la capucha, Noctis se colocó correctamente un mechón de cabello que se había movido en su viaje y, con actitud despreocupada comenzó a caminar por las calles de la ciudad, observando con escasa atención a la gente que pasaba a su alrededor y que, de vez en cuanto, le echaba una mirada como si supiesen que él no debería estar en ese lugar.

por **Kushimaru ~ Ito** Lun Oct 28, 2013 8:40 pm

Kushimaru Kuriarare, Capitán del 5º escuadrón, este se encontraba como de vacaciones, hasta dentro de unos días no le entregarían una misión para el peliblanco, además de que por el momento el Seiretei se encuentra con paz, por lo que el trabajo allí se había acabado por el momento. Dejando atrás con un discurso breve ante sus Shinigamis, que les dejó la orden de mantener el 5º escuadrón seguro y salvo a cargo de su joven teniente. Con esto, Kushimaru se olvidaría de preocuparse por su escuadron, la verdad, la Sociedad de Almas ya podía protegerse sin el Capitán enmascarado que entraba por el Pasadizo Ancestral para poder llegar a la Ciudad de Karakura, la gran Karakura. El alto y peliblanco, veía una conexión extraña entre Karakura y la Sociedad de Almas, aunque él no vino de aquí, él conoce las historias que han ido pasando, esto hizo pensar a Kuriarare que los Hollows tenían más tendencia a venir.
Al llegar a Karakura a través de la puerta que aparece para llegar de la Sociedad de Almas, hasta La Tierra, Kushimaru acaba por llegar a un parque. Al llegar, el viento se veía presente, pero de forma ligera, el viento que hacía mover el Haori del Capitán que este avanzaba a una dirección que debía ir Kushimaru, era más que nada para revisar el territorio, era algo que tenía Kushimaru, su obstinación por los Hollows haría que el joven los buscase un poco por la ciudad de Karakura. ~ "Eh bajado aquí para descansar un rato pero... yo no puedo descansar, siempre estoy atento a todo, sobretodo a los Hollows... deberé dar una vuelta por Karakura porque sino no me quedaré tranquilo hasta rebuscar un poco y si hay suerte los podré matar..." ~ Al reflexionar, Kushimaru sigue avanzando poco a poco, llevando una dirección que le llevaría más o menos al centro de la ciudad, dónde está la mayoría de residentes de la ciudad según los informes que tenía el Capitán, el estar informado sobre las situaciones es algo que se toma de antemano en la oficina del propio Capitán.

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